domingo, 24 de junio de 2012

Fábulas de Villa Urquiza: La Fabricicleta en La Ideal.


Por La Fabricicleta. 
Publicado en el fanzine de la Asamblea de Vecinos de Villa Urquiza.
Celebrando los 10 años de recuperación de la ex Pizzería La Ideal.

¿Cómo sería una fábula moderna? ¿Cómo sería una fábula que podría estar contando en éste preciso instante un anciano a su nieto en la Plaza de los Vecinos? ¿Cómo sería una fábula en éste mundo al revés, en éste mundo-vesre que vivimos en Buenos Aires? ¿Qué animales serían los protagonistas de una andanza que deje una moraleja y cuál sería la enseñanza a entender en éste mundo panqueque? ¿Quién es quién en ésta nueva fábula de lobos, corderos y Policía Metropolitana? 

Había una vez un agujero negro en un barrio, o eso decían quienes miraron de afuera, de lejos. Será quizás que el polarizado de los vidrios de su auto no dejan ver de otro color, será que el color de su alma es el reflejo que condiciona todo lo que observamos. Será el humo de tanto automóvil sobre Triunvirato no deja entrever algunas luces, o será que hay gente quien no quiere que el sol sea para todos. 

 Un agujero es un espacio, como una grieta en el cemento no es un vacío sino es la forma en la cual un día una semilla brotó. Un agujero negro es un espacio negro sólo si tu corazón perdió el color. Un agujero es un espacio y suele creerse que hay espacios libres u ocupados... pero en un barrio de éste mundo-vesre, hay un agujero que no es un vacío y que es libre y ocupado al mismo tiempo. Hay un agujero negro de colores y como de aquella grieta en el cemento, algo brotó: 

La ex Pizzería La Ideal alberga puertas adentro -y muchas veces también puertas afuera- al taller popular de ciclomecánica de Villa Urquiza La Fabricicleta. La Fabricicleta es uno de los brotes que la grieta de Villa Urquiza vio nacer pero, ¿qué es? 

Es una forma de ocupar un espacio ocupado, un ataque a las costumbres, metros cuadrados de hardware libre, un ejemplo para un trabajo práctico de tu Universidad, una mancha antifascista en los medios masivos de comunicación, una banda de gente con grasa en las manos, un juntadero de residuos humanos que no cuadran en otros lados, una fábrica de relaciones humanas, un tacho de basura de la bicicletería de la vuelta, un impulso de fe, una experiencia religiosa, un baile de trabajadores fuera de turno, un movidón, una kermesse de kerosén, grasa y una ruleta de bolillas. La Fabricicleta es una fábula en sí.

La Fabricicleta es un espacio dentro de la Asamblea de Vecinos que funciona horizontalmente y desestructuradamente como una forma de intercambio de información y conocimientos. En tiempos donde para cada acción parece haber un especialista que monopoliza la información, desde el taller abrimos el juego a que todos sabemos, todos podemos y todos somos capaces de transformar la realidad con nuestras propias manos. Si todos somos capaces de hacer rodar nuestro vehículo sin chirriar, entonces podemos hacer entre todos que ésta comunidad de personas ruede sin necesidad de angustias e impotencias. Puertas adentro encontrarás herramientas, repuestos y humanos a disposición de mejorar las condiciones de vida de tu bicicleta que es una herramienta de transporte y es también una declaración de principios: el tránsito por la vida no puede ser dirigido ni ordenado por leyes, normas y mucho menos por rangos sociales. Hay una sola forma de vivir la vida y es en libertad. 

Nosotros creemos eso. Nosotros creamos eso. En éste mundo-vesre, donde el residuo del sistema es nuestro tesoro, donde los lobos y los corderos los tenemos alma adentro, donde la lucha de clases es cada segundo más interior queremos darle el primer premio al más lento y al más veloz una patada en el culo. Nosotros estamos dados vuelta. No estamos apurados para llegar a la ruina. No existe el camino a la felicidad, la felicidad es el camino... y nosotros vamos piano piano.

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